César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada ;
le daban duro con palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos…
C.V.
César Vallejo ha muerto hace 73 años, y le siguen dando con “palo y duro”, nada más y nada menos por su posición ideológica, que incomoda a muchos: no era un poeta purista. No se quedó mirando el paso de la luna y las nubes, sino que escribió España, aparte de mí este Cáliz cuando este país se desangraba en la Guerra Civil. Como escritor no tomó partido por los fascistas, como habrían preferido seguramente los “puristas”. De ahí que en este poemario canta a los lucharon, sobre todo comunistas, contra el fascismo. Y, en ese acto, está su filiación ideológica política.
Vallejo en la narrativa tampoco ha evadido su compromiso con el socialismo. No en vano, en El tungsteno, ha construido a su personaje Servando Huanca como un militante socialista que plantea la lucha de los obreros y los campesinos según la ideología marxista. Incluso, luego de algunos choques entre los representantes de la minería y los trabajadores, la novela avizora otros tiempos: “El viento soplaba afuera, anunciando tempestad”. Y dado la posición ideológica del escritor, tempestad era una figura con contenido político.
En sus artículos, Vallejo también ha mostrado su apego al socialismo de manera directa. Ha tocado temas polémicos como la estética socialista y con autoridad que le compete: es un creador de alta calidad e ideológicamente comprometido. Desde esa posición, incluso, deslindó con Maiakovski, quien decía que bastaba que alguien sea del partido para que su producción artística sea de alto vuelo. El creador de Trilce no opinaba así.
La posición política de Vallejo le ha hecho decir “que no hay más que una sola revolución: la proletaria y que esta revolución la harán los obreros con la acción”. Es que no estamos ante un creador que en poesía solo diga “qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita de junco y capulí”, sino también “Cuídate de la hoz sin el martillo, cuídate del martillo sin la hoz”. Una alusión clara a la simbología socialista. Esto por mostrar solo algunas perlas de su producción sobre el tema. Que de eso hay mucho por decir.
Sin embargo, a pesar de que Vallejo era abiertamente socialista, o comunista, o rojo, como prefieras, se ha pretendido que no se toque ese tema en lo absoluto en una cátedra VALLEJO planteando que se había desvirtuado su poética. Entonces, ¿se puede estudiar a Vallejo sin estudiar su filiación política y su influencia en ella? No. Vallejo había optado por el socialismo y lo había plasmado en su obra. Eso, guste o no a los cucufatos académicos, quienes han lanzado un grito al cielo cuando se enteraron de que en la cátedra VALLEJO se había ido más allá del Vallejo de “las marías que se van” y de “las ritas de junco y capulí”. Porque resulta que una universidad que lleva el nombre del creador de Poemas humanos, y que ha amasado una gran fortuna con el nombre de este poeta, de filiación comunista, ha renegado de la cátedra que lleva el nombre del poeta en cuestión[*]. Al parecer, con esta cátedra se intentó ser el centro de atracción de turismo cultural, dado que en el Perú a ninguna universidad se le ha ocurrido tener una cátedra VALLEJO, y como curso general. Pero el poeta, ante tanta incoherencia, “incorporose lentamente y echose a andar” para reclamar su nombre.
[*] Esto sucedió a fines del 2010. Actualmente se ha retomado la cátedra con ese nombre.
domingo, 26 de junio de 2011
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