El escritor Rafael Inocente ha sido acusado de pro senderista, porque en una entrevista que le hice hace años había dicho que “Guzmán es un intelectual”. Cita descontextualizada por cierto porque sus detractores omitieron, supongo que a propósito, lo que seguía: “equivocado y… arrugón”. Y no creo que los pro senderistas hayan festejado tal afirmación. Todo lo contrario, lo habrán detestado, porque el término equivocado implica que sus planteamientos no son acertados (es necesario la redundancia en este caso), que no sirven, y arrugón significa cobarde.
Tal acusación tiene el único fin de fastidiarlo, destruirlo. Por cuestiones laborales, por piconería, que ha dado como resultado que algunos burócratas despidan a Rafael.
Ese hecho me recuerda: el caso de Federico García, cineasta, que fue despedido del Centro Cultural de la UNMSM por asistir a la presentación pública (si es público, cualquiera puede asistir) de un libro de Abimael Guzmán, sentenciado a cadena perpetua.
Este hecho me hace recordar que Gustavo Gorriti en su libro Sendero ha escrito que “Guzmán fue un estratega superior al otro (Che Guevara)”. Supongo que los detractores de Inocente no leyeron a Gorriti, porque sino también lo acusarían de pro senderista, porque, oh, dice que Guzmán es estratega superior. ¡Cuidad, Gorriti!
Sin embargo, ningún personaje del gobierno, se pronunció cuando su ministro (Valdez) dijo que admiraba el pragmatismo de Alberto Fujimori. No dijo que AF era pragmático, sino que admiraba ese pragmatismo. ¿Qué aspecto de su pragmatismo? Quizá la del 5 de abril de 92, o la de amnistía apresurada para sus secuaces de Colina, o el referéndum con fraude, o los delitos de lesa humanidad por el que está preso, tal vez los millones de soles que se embolsilló.
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