La violencia de los años 80 y 90 ha dejado profundas
huellas en los peruanos. ¿Cuál es tu testimonio con respecto a ella?
Bueno de alguna manera he estado en medio de la violencia
como casi todos de los que crecimos esos años. Estuve muy cerca de los
atentados, pues mi casa y mi barrio de Breña se encontraban cerca de
instituciones públicas que fueron atacadas. Eso me hizo conocer cómo sonaba
cuando un petardo explotaba, cuáles eran sus consecuencias. Qué pasaba cuando
había un apagón. Etcétera.
Este asunto de la violencia, ¿cómo incide en la novelística actualmente?
De hecho que ha influenciado a muchos escritores, porque
hay muchas novelas que tocan el tema. Incluso se denomina a estas como
Literatura de la violencia, un término acuñado creo por Miguel Gutiérrez, por
su fuerte presencia en la novelística actual, sobre todo en la realista, la que
trata de reflejar ese momento dramático de la historia peruana.
¿Cómo han influido los sucesos de
la violencia en tu creación literaria?
Mmmm mucho, ya que mi novela está ambientada en esos
años, y para lo cual no podía estar lejos de lo que sucedía. No podía obviar la
violencia porque era una presencia ineludible si es que quería reflejar lo
difícil que fue crecer en los años ochenta.
¿Qué escritores crees que han
trabajado mejor la temática de la violencia? ¿Por qué?
No te podría decir quién es mejor porque no me he
leído a todos. Creo que Oscar Colchado con Rosa
cuchillo o Julián Pérez con su hermosa novela Retablo. Pero también están José de Piérola con El camino de regreso o Fernando Cueto
con Ese camino existe. Todos de
alguna forma aportan a esa visión de lo que fue la violencia a través de la
literatura, pero no creo que haya uno mejor que otro, sino propuestas
distintas, pero igual de valorables.
Generación cochebomba es un interesante para simbolizar los años 80 y 90. ¿Cómo elegiste el
título?
Me lo dictó un personaje cuando estaba en la vorágine
de escribir el cuarto capítulo del Lado A del libro. “¡Salud por nosotros la generación
del apagón y el coche bomba!”. Había pensado en titularla como el coro de una
canción de la banda punk Eskorbuto que dice: “Nadie es Inocente, todos
terroristas”; pero cuando escribí lo que el personaje llamado Fredy Nada dijo,
paré la mano (Porque hasta ese momento estaba escribiendo a mano) y me dije:
Este es el título.
Aparte del título de tu novela,
¿a qué le llamas generación cochebomba?
A nada más, por ahí he leído que han usado el título
como una denominación generacional, que engloba a la generación que creció en
medio de la violencia política. Pero eso ya no me incumbe a mí sino a los que
ven por conveniente usarlo de tal forma.
Uno de los personajes es un
ministro: “quien disolvía los mítines del escritor o que mandaba matar a los
presos, vestido de camuflaje y boina y que ahora se creía toda una mujer”.
Algunas características de este personaje concuerdan con la realidad.
De alguna forma, la ficción literaria, así sea
fantástica, siempre nos remite a la realidad.
Hablando de la realidad, en tu
novela aparece el caso Barrios Altos. Al respecto, Alberto Fujimori ha sido
sentenciado por ese caso, pero su frase de “Soy inocente” ha dado la vuelta al
mundo. ¿Cuál es tu opinión sobre esto?
Que no es inocente y que bien sentenciado está.
Entre tus personajes, unos optan
por el anarquismo, otros por el senderismo. Para ambos el Perú está de cabeza:
“La mierda existe (...) Calles de mierda, tránsito de mierda, gente de mierda,
sociedad de mierda… ¡País de mierda!”. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Que la frase más usada por los de mi generación era
precisamente “Este es un país de mierda”, por eso muchos optaron por emigrar de
cualquier forma a los países vecinos, Europa o los yunaites.
Recomiendas leer Generación
cochebomba escuchando rock subterráneo y el metal. ¿Cuál es la importancia
de este tipo de música en tu novela?
Porque es la música que escuchan los personajes de la
novela. Aparte me parece algo fuera de foco que leyeras una novela sobre los
coches bomba, los apagones, las matanzas, los desaparecidos, con un fondo
musical de Río con La universidad es cosa de locos (Porque más que todo era
cosa de terrucos) o a Chachi Luján cantando “Gracias por lo que tú me diste…”
Prefiero escuchar a Eutanasia y su tema El Orden Kriminal para ponerme más a
tono y sentir lo que sienten los personajes de mi novela o lo que sentíamos los
que la sufrimos de verdad. Pero es una opción, porque veo difícil concentrarse
con esas guitarras distorsionadas: Mejor sería como un complemento a la
lectura, es decir para antes o después.
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