En el tercer libro de cuentos de Fernando
Carrasco, Bolero matancero, los personajes matan a ritmo no solo de boleros, sino
de huaynos, chichas, y baladas. Entonces, tenemos cuentos de balazos y
cuchillos asesinos, y de yapa fragmentos de canciones con las que podríamos
armar popurríes en varios géneros musicales, por lo que bien pudo titularse Popurrí matancero.
Así,
en “La chicha, el amor y la muerte”, se puede leer los versos cantados de
Chacalón, Los Ecos y Grupo Guinda, que servirán para colocarnos en el escenario
de una fiesta chicha, donde una muchacha hermosa se encuentra entre el público
para cumplir la promesa de vengar a su hermano. El asesino la saca a bailar,
luego se van a un hotel, pasan la noche y al despertar los disparos cierran el
cuento.
En
“La encomienda”, un viudo viaja hacia un poblado de la serranía para cumplir
una promesa hecha a su esposa moribunda. En el largo camino, las letras de
Picaflor de los Andes y Flor Pucarina lo acompañan y le dan valor para asestar
la puñalada fatal a Nefario Rojas por haber abusado de su esposa cuando era
niña.
En
“Corona de espinas”, se puede leer las canciones de Lucho Barrios como un
preámbulo para los cinco balazos que le dará el Achiote al Búho, porque este se
acostaba con su mujer mientras el primero se encontraba en prisión.
En
“Gaviota del norte”, las canciones del dúo Benitez-Valencia y Julio Jaramillo ambientan
la noche de un burdel ecuatoriano, antes que cuatro parroquianos, entre ellos
un peruano, sean perseguidos por un grupo de ecuatorianos con picos de botella
en la mano.
En
“Con la misma moneda”, las letras de Leo Dan, José Luis Perales, José José,
Nino Bravo y Los Iracundos sirven para que una hija recuerde cómo su padre
golpeaba a su madre hasta llevarla a la muerte. Y con ese fondo musical, ella
va preparando la jeringa asesina para saldar viejas cuentas con su progenitor.
En
“Bolero matancero”, a Emilio Garrido, un coleccionista de discos de vinilo, la
soledad lo va mortificando: ha quedado viudo y sus hijos viven en el
extranjero. Mientras planifica suicidarse, los lectores podemos disfrutar las canciones
de Leo Marini y Alberto Beltrán.
Buen resumen, me encantó el tomo c:
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