jueves, 27 de agosto de 2020

DREC y COVID-19 contra chalacos

La DREC (Dirección Regional de Educación del Callao), a través del Oficio Múltiple 95-2020-DREC-DGP, ha ordenado “emitir informes de progreso de los estudiantes a los padres de familia” (conocido como boleta de notas) con plazo para el primer corte (trimestre) hasta el 14 de agosto. Este oficio ha sido secundado por Ugel Ventanilla.

Ante esta situación, algunos directores de las instituciones educativas han iniciado el hostigamiento laboral exigiendo a los docentes entregar dicho informe a pesar de que una norma de mayor jerarquía señala que los productos revisados no se utilizarán para fines calificativos” (RVM 97-2020-MINEDU), es decir, no a las boletas de notas (literal o numeral) hasta nuevo aviso.

En ese sentido, lo dispuesto por MINEDU es lo más apropiado considerando que estamos en emergencia sanitaria con miles de muertos: estudiantes que pierden a sus padres, hermanos, abuelos, tíos. Y no solamente tenemos a la muerte y los síntomas terribles de la enfermedad, también la crisis económica que amenaza con matar de hambre, ante lo cual incluso los estudiantes han decidido trabajar como se puede apreciar en dos testimonios (wasap):

Quería informarle que se me va a complicar presentar algunos trabajos ..  El motivo es que hemos emprendido un pequeño negocio entre mis padres y yo sobre la venta de lo que es protectores faciales , mascarillas , pomos , medias , etc... El cual me estoy encargando yo de vender ya que temo a qué mi mamá se pueda contagiar ya que es un poco vulnerable , en cambio como yo soy más joven y fue mi idea emprender pues quiero hacerme cargo . Lo que pasa es que yo salgo a las 7 am y regreso a las 3 pm , y como que para evitar estresarme , quisiera que pueda comunicarle si esque tienen un grupo de maestros informarles sobre mi caso , y que facilidad podrían darme para presentar mis trabajos. 

Profesore buenos días ayer isimos la prueba de descarte te covid en el mercado de mi .mamá por la cual mi mamá dio positivo y yo negativo ahora yo me ago cargo del negocio espero que me pueda comprender igual estaré cumpliendo las actividades.

A la amenaza de CVID-19 y el hambre, ahora la DREC también amenaza con desaprobar a los que no tienen celulares caros o quieran sobrevivir ante el COVID-19 y la crisis económica; y los directores, con sancionar a los docentes que no cumplan con lo dispuesto por el oficio múltiple.

Al parecer, los de la DREC creen que están en un universo paralelo o en otro país: Callao, donde el COVID-19 no existe o solo es una “gripecita”  como dice el gorila Bolsonaro. Así, los ternócratas chalacos se han sumado a la pandemia y la crisis económica para atentar contra el bienestar de los chalacos.

sábado, 25 de julio de 2020

Boleta de notas en tiempos de pandemia


Al cierre de bimestre o año escolar, estudiantes, padres de familia, docentes, directivos y ternócratas hablan de la boleta de notas.

Padres de familia y estudiantes hacen preguntas  ¿cuánto sacaste?, ¿aprobaste? y no ¿cuál es tu logro?  o ¿en qué competencias necesitas acompañamiento? Interesa saber si aprobó o no. Sea con números o letras. Mejor si se diferencian con azules y rojos. Finalmente, lo más importante es que termine la secundaria en cinco años, luego pueda continuar estudiando en el instituto, en la universidad o en la universidad de la vida, porque en la era digital para esta última también es necesario tener secundaria completa.

En esa misma línea también están algunos burócratas que aún no se han percatado que estamos en pandemia y que la educación en ese contexto no puede ser calco y copia del 2019. Esto que quede claro a nadie se le va a regalar la nota, porque se ha puesto todas las herramientas disponibles para que los estudiantes sigan aprendiendo a distancia. No se deben facilitar las cosas porque en la práctica nosotros sabemos que estas no caen regaladas del cielo[1]” ha dicho uno en Arequipa como una amenaza a estudiantes que pretenden pasar por aguas tibias el año escolar.

Los directivos de algunos colegios siguiendo el mismo discurso han preparado el cierre de bimestre o trimestre enviando comunicados a estudiantes y padres de familia para entrega de boletas de notas. Antes a los profesores les han  dicho que “estando a una semana de finalización del Primer Trimestre del año escolar 2020, se hace llegar el formato de registro estándar mediante el grupo de WhatsApp y/o sus correos a fin de cargar sus calificaciones” (Memorando).

Algunos profesores también van por ese camino y empiezan a llenar sus registros: aprobar y desaprobar es la costumbre. Si no ponen notas (números o letras qué importa) es como si le quitaran la esencia a la educación. No se puede concebir el año escolar sin notas. Así sea en tiempos de pandemia tiene que haber jalados y aprobados.

Sin embargo, MINEDU, en sus documentos normativos para el año escolar remoto, ha dicho:

5.2.1 EL SERVICIO EDUCATIVO EN LA EMERGENCIA SANITARIA
b. En términos de evaluación de competencias, se enfatizará la retroalimentación formativa durante todo el año escolar ya sea en la modalidad a distancia o presencial. Las orientaciones específicas para el registro de los niveles de logro en el SIAGIE, en el marco de la emergencia sanitaria por el coronavirus COVID-19, se brindarán de manera oportuna y serán determinadas a partir de las disposiciones que vaya emitiendo el Gobierno Central (RVM 93-2020 MINED).

8.4 Durante el 2020, en el marco de la emergencia sanitaria generada por el coronavirus COVID-19, las disposiciones para la evaluación de competencias planteadas en este documento normativo se tomarán con flexibilidad. La evaluación de las competencias se realizará con mayor fuerza desde la lógica de una evaluación formativa que brinde retroalimentación a los estudiantes para la mejora, sin priorizar áreas. En caso se requiera mayor precisión al respecto, el Ministerio de Educación determinará nuevas disposiciones de acuerdo con la evolución de la pandemia y las disposiciones del Gobierno Nacional (RVM 94-2020 MINEDU).

Los productos revisados no se utilizarán para fines calificativos (RVM 97-2020-MINEDU).

Es decir, adiós a las notas hasta nuevo aviso. En realidad, hasta cuando llegue la vacuna contra COVID-19.

Esta situación ha dejado a más de un docente con el registro listo y a más de un directivo con las libretas a punto de ser entregadas a los padres de familia. Y por supuesto que los estudiantes “jalados” han festejado dado que la mala noticia no llegará a casa.

sábado, 20 de junio de 2020

El alpinchismo nos está matando



El COVID-19 ha encontrado un gran aliado en el alpinchismo. Vamos por casi 8000 fallecidos según cifras oficiales del MINSA.

Alpinchismo viene de la frase “me llega al pincho”, que significa que no le interesa las consecuencias de su accionar, así medio Perú se muera. Y ese alpinchismo es un mal de la sociedad peruana, de todas las clases sociales. Señorones con doctorados son alpinchistas al igual que uno que no terminó la primaria. Una de las frases alpinchista de la política es “No me interesa así se perjudiquen diez mil, cien mil personas. ¡No va!”[1].

Empresarios mineros alpinchista. No respetan las normas de protección ambiental: contaminan ríos y lagos, luego tenemos niños con plomo, arsénico y mercurio en la sangre[2].

Políticos alpinchistas. Quienes los apoyaron en sus campañas electorales son contratados en las municipalidades, las regiones, el congreso, sin tener un perfil profesional. Luego los puentes mal construidos se desploman[3].

Policías y choferes alpinchistas. En cualquier esquina piden coima a los choferes que se pasaron al luz roja sin importar que puedan atropellar al transeúnte o chocar con otro carro. Luego tenemos cientos de muertos por accidente de tránsito[4].

Médicos alpinchistas. En horario de trabajo del hospital estatal atienden en clínicas privadas[5]. Luego los pacientes mueran por falta de atención.  

Militares alpinchistas. Roban combustible y rancho de los soldados[6].

Así tenemos una larga lista de alpinchistas, a quienes no les interesa que mueran peruanos si se trata engrosar sus billeteras.

Claro que hay excepciones en todos los casos, sin embargo, el alpinchismo ha gangrenado el Perú. Y ese alpinchismo hace que políticos, policías, médicos, profesores, etc. sean detenidos por violar la cuarentena, solo porque estaban aburridos en sus casas y querían tomarse unas cervezas como si no existiera el COVID-19.

Esos alpinchistas en plena pandemia suben los precios de los medicamentos. Peor aún, los falsifican. Roban medicamentos de los hospitales para venderlos en el mercado negro. Hacen compras sobrevaluadas. Se apropian de los víveres destinadas para familias pobres. Les dan mascarillas inservibles a los policías que salen a patrullar. Etc. 

Esos alpinchistas, las dos primeras semanas de la cuarentena, que era clave para ver podíamos ganar la guerra, salían a pasear o a jugar una pichanguita como si  fuera vacaciones. Salían a multiplicar los infectados y fallecidos. Viajaban y llevaban el COVID-19 hasta los pueblos más pequeños del Perú. 

El alpinchismo y el COVID-19 nos están matando.




Coronavirus, hambre, muerte y educación


La cuarentena, en realidad las cuarentenas, decretada por el gobierno peruano ha sido brutal para las familias: alrededor de 12 millones de trabajadores son informales. Agregar a estos que a pedido de la CONFIEP se ha aplicado la suspensión perfecta (léase despido perfecto).

Es en ese contexto que Minedu, para no perder el años escolar, ha implementado la educación a distancia con Aprendo en Casa (Internet, televisión o radio), donde los profesores se comunican con sus estudiantes por teléfono o redes sociales. Hasta ahí todo bien, de maravilla. Sin embargo, veamos el otro lado de la moneda: coronavirus, hambre y muerte.

Primer caso: Un estudiante ha decidido no continuar sus clases escolares. La razón: en casa ya no tienen para comer. Su madre se dedicaba antes de la cuarentena a vender helados o caramelos, dependiendo del clima. Estos días de muerte lenta han sobrevivido gracias al apoyo de los vecinos. Pero ese tipo de vecinos no duran varias cuarentenas. Además, su familia no fue beneficiada por el bono de 760 soles asignado por el gobierno.

Segundo caso: El padre de una estudiante fallece por Covid-19, su madre está grave, ella empieza a sentir los síntomas. En casa empieza a faltar la comida.

Tercer caso: El abuelo de una estudiante fallece por Covid-19, su padre está en UCI, ella y su mamá dieron positivo. Ambas están con medicamentos en casa.

Cuarto caso: Un docente y su padre fallecen el mismo día, ambos por COVID-19.

Estos son algunos casos de una institución educativa que solo será un cuadro estadístico para los ternócratas de Minedu y ugeles. Son los docentes de aula quienes escuchan a diario estos casos y solo les queda llorar en silencio al otro lado del teléfono cuando el estudiante, madre o padre le cuenta la desgracia. Luego del nudo en la garganta, el docente hace su trabajo de dar soporte emocional y elevar su informe de cuadros y tablas que nadie leerá.

Cada caso, no solo impacta en las familias de los afectados. Afecta a toda la comunidad educativa. Si el padre de un estudiante fallece por COVID-19, sus compañeros ven la muerte cerca (también los docentes), piensan que en cualquier momento ingresará a sus hogares sin pedir permiso. Si un docente fallece, sus alumnos, ex alumnos y colegas sienten que la muerte los está cercando. No es lo mismo los fallecidos publicados en el periódico que alguien a quien conociste.


Y no solo el virus mata: también el hambre. Muchos han perdido sus trabajos (formal o informal). Un desnutrido tiene pocas opciones de sobrevivir al ataque de ese enemigo invisible. 

domingo, 3 de mayo de 2020

De cómo un mes significa una semana o un día en Aprendo en Casa


MANUEL SCORZA: “Mientras la provincia esperaba la navidad de 2192, los alumnos de Huarautambo ensayaron el himno nacional y el desfile con que conmemorarían el 28 de julio de 1962” (Cantar de Agapito Robles).

Mientras los especialistas de Minedu, han preferido contratar actores para que les hagan su tarea, los docentes como siempre están en la acción, ahora a distancia, dado que las recomendaciones para vencer a nuestro enemigo microscópico (COVID-19) es el distanciamiento social.

Además de la anécdota de la contratación de actores, hecho ocurrido en los últimos pisos de la torre de marfil, también ha ocurrido otra anécdota en los primeros pisos, como reflejo de la “preocupación” por el acceso a la educación de todos los ciudadanos, con celular o sin celular.

Dicha anécdota empieza el 02 de abril del 2020 con la publicación de la RVM 088-2020-MINEDU, Disposiciones para el trabajo remoto de los profesores que asegure el desarrollo del servicio educativo no presencial de las instituciones y programas educativos públicos, frente al brote del COVID-19. Dice en el numeral 5.7.2 literal g:

Durante la primera semana de reinicio de las labores presenciales, los profesores deben entregar, según el medio que acuerde con el director o directora de su IE, lo siguiente:
-          Un informe sobre el balance  del tiempo de trabajo remoto
-          Un informe de planificación curricular

En el mismo documento señala que las clases a distancia deben iniciar el 06 de abril y las presenciales reiniciarían el 04 de mayo, es decir, un mes de clases no presenciales. Por lo tanto, el docente tendría que entregar su informe luego de trabajar un mes. Luego de dicho documento normativo todos los docentes iniciaron su trabajo.

Dos semanas después, las ugeles también sacan sus resoluciones, oficios, etc., para ratificar y especificar la RVM 088-2020. Así tenemos que el Oficio Múltiple nº 053-2020-DIR-ADM-EPER-UGEL VENTANILLA dice:

Asimismo, el num. 5.6.5 de la citada Resolución Ministerial precisa que “La supervisión del servicio educativo no presencial, así como de las actividades educativas que se desarrollan a través de entornos virtuales de aprendizaje y los medios de comunicación diversos, estará a cargo de las UGEL e IE, en el marco de sus competencias, para lo cual se valen de los informes descritos en el num. 5.7.2 literal g, de la presente norma técnica” (17 de abril).

Hasta ese día todo iba bien. Los docentes seguían en la ardua tarea de educación a distancia. Sin embargo, tres días después aparece la Directiva 006-2020-AGP-UGEL VENTANILLA que dice:

5.2. Para el docente
Reportar al director las actividades de aprendizaje realizadas semanalmente en la ficha que se encuentra en el anexo y subir el reporte de las fichas en las carpetas de Google Drive (20 de abril).

El magisterio apenas tuvo un día para procesar de cómo un mes se convierte en una semana. Algunas instituciones educativas, siguiendo el ejemplo de la Ugel hicieron una nueva conversión: el mes es igual a un día. Así lo dice un memorando del 21 de abril:

La UGEL a (sic) previsto que tanto el equipo directivo y docente deben cumplir en informar diariamente sus actividades mediante un formato que se cumple en entregar al WhatsApp Grupal de cada nivel para ser llenado y subir cada día a su portafolio del google drive de la II.EE.


Así termina esta historia no ficcional donde un mes significa una semana, pero también un día, aunque dicen por ahí que en algunos colegios los coordinadores de nivel están proponiendo que los docentes hagan sus informes por cada hora trabajada. 

lunes, 13 de abril de 2020

Docentes comechados, segunda temporada


El 10 de julio del 2007, en un contexto de la implementación de la carrera pública magisterial, Alan García Pérez, enemigo del magisterio, insultó a los maestros: “Don picón, don criticón, están siempre queriendo detener el rumbo del Perú. Hay muchos comechados que no quieren ir a dar clases, ni capacitarse y, cuando les ponen un libro adelante, es como si les tiraran una maldición”.
Al parecer, algunos especialistas de ugeles y Minedu, siguen pensando así. Eso lo demuestran algunas frases que leemos a continuación.
            1. “Las clases serán recuperadas”[1].
2. “Directores buenas tardes se les recuerda que los docentes tienen q realizar sus sesiones diarias teniendo en cuenta un horario…Lo de aprendo en casa es un apoyo” (wasap).
3. “A los docentes se les paga por su trabajo diario” (wasap).
4. “Se tienen q tener las evidencias (del trabajo realizado por los docentes)” (wasap).
5. “Haciendo uso ya sea de whatsapp… youtube… classroom… Etc” (wasap).
6. “Diario voy a monitorear por vía celular o WhatsApp solicitando el titulo de las sesiones trabajadas en cada nivel y grado” (wasap).

Veamos algunos puntos al respecto:
            Primero, estamos ante una pandemia por coronavirus, donde la preocupación principal es la salud y la vida de los ciudadanos que a la fecha ha cobrado la vida de más de 100 000 personas en el mundo.

Segundo, el tiempo perdido no se recupera, tampoco las clases. Eso quedó demostrado luego de las huelgas magisteriales del 2017 y 2018. En el contexto actual, ante tantos fallecidos, las clases pasan a un segundo plano. Al respecto, Trahtemberg[2] se pregunta tímidamente: “¿No es mejor -y más honesto- acortar el año escolar en lugar de esta ilusa e ineficaz recuperación de semanas de clases en vacaciones?”. Pudo ser una afirmación contundente. Incluso perder el año escolar. Algunos padres ya piensan en no enviar a sus hijos al colegio. Es mejor eso a perder a sus seres queridos.

 

            Tercero. No se entendió la lógica de la cuarentena: quedarse en casa. Y el trabajo docente principalmente es en aula, presencial. Para una educación a distancia, la escuela pública no está preparada. Eso lo demuestra Minedu al contratar actores para las clases por televisión en Aprendo en Casa. Sus especialistas brillan por su ausencia en este caso. También PerúEduca que ha colapsado ante la demanda de cursos virtuales para docentes.

            Cuarto. En esa pandemia por coronavirus, se ha presentado otra pandemia: profesores youtubers. Especialistas de ugeles y Minedu acosan al docente con el discurso de innovación pedagógica y el uso de videos en youtube. Al parecer, no se percataron que los escolares de escuelas públicas usan celulares táctiles sin saldo y que su uso se restringe al wasapeo y al feisbuqueo, que si las clases incluyen uso de youtube tendrían que ir cada tres horas a la tiendita de don Pepe para una recarga de tres “lucas”. Es decir, la forma de llegar a la mayoría en una educación a distancia por internet es por wasap y facebook. Esas dos vías es la que los docentes tendrán que explotar.


jueves, 9 de abril de 2020

Evaluación "diagnóstica" y la boleta de notas


El año escolar se inicia con el ritual de la prueba de entrada, los más “técnicos” también le llaman evaluación diagnóstica. Según el cual, a partir de preguntas y respuestas escritas, el docente sabrá en qué nivel se encuentra el estudiante.
            Es una práctica que se viene realizando por décadas, independientemente del discurso sobre pedagogía que existe en las facultades de educación y la normativa que emiten los ternócratas de Minedu. No tiene fecha de vencimiento. Se seguirá aplicando por décadas y sobrevivirá al COVID-19.
            Ante esto surgen preguntas: ¿la boleta de notas o libretas solo sirven para decirle al padre que el estudiante aprobó o desaprobó?, ¿este documento no sirve como referencia para indicar al docente que el escolar se encuentra en un nivel determinado?
            Dicho documento no ha sido tomado como referencia por los docentes. Al inicio del año, se recibe al estudiante en blanco, sin historia, cuando en realidad sí la tiene. Y su historia está traducida en números (0-20) o letras (C-AD). Porque todos sabemos que si el estudiantes tiene 20 o AD, entonces es un logro destacado;  05 o C, logro deficiente o en inicio.
Una mirada a la boleta de notas es más objetivo que una prueba de entrada de dos páginas aplicadas en 45 minutos. Nos presenta un panorama de diez meses y no solo de un área, sino de todas. Es decir, el docente de Comunicación, por ejemplo, a partir de ese documento, puede concluir que un estudiante es excelente en su área, pero presenta dificultades en Matemática.

            Sin embargo, ningún docente toma en cuenta dicho documento que representa la historia educativa del escolar. La prueba de entrada no tiene razón de ser en ese sentido.